martes, 27 de mayo de 2014

Estereotipos y educación en la vejez

ESTEREOTIPOS Y PERCEPCIÓN SOCIAL EN UN GRUPO DE PERSONAS MAYORES SOBRE EL APRENDIZAJE EN LA VEJEZ

Doris Marcela Castro-Roldán
Gerontóloga
Especialista en promoción de la salud y desarrollo humano
Especialista en docencia e investigación universitaria
 Magister en docencia e investigación universitaria
Bogotá D.C- Colombia

Oswal Martínez-Moreno
Fonoaudiólogo
Especialista en audiología
Especialista en docencia e investigación universitaria
 Magister en docencia e investigación universitaria
Bogotá D.C- Colombia


Año 2012

RESUMEN

La presente investigación se realizó como tesis final para poder recibir el título de Magíster en docencia e investigación universitaria en la Universidad Sergio Arboleda de la ciudad de Bogotá-Colombia. Determinó los estereotipos y la percepción social sobre el aprendizaje en la vejez, de un grupo de veinte personas mayores, diez institucionalizados en Centros de protección social y diez de ellos no. El estudio fue de tipo descriptivo, de diseño transeccional y enfoque mixto. Los instrumentos que se emplearon para la recolección de la información fueron: Entrevista semi-estructurada avaladas por tres jueces expertos, que midió el enfoque cualitativo en tres aspectos como fueron: caracterización de la población, auto percepción social y hetero-percepción social del grupo de personas mayores acerca del aprendizaje en la vejez y el Cuestionario de Estereotipos negativos hacia la Vejez (CENVE), validado por de Mena, Sánchez y Trianes (2005) y validado para Colombia por Aristizábal,  2009).Centró su atención en los avances teóricos sobre los estudios de la vejez y la percepción de un aspecto tan relevante como es el aprendizaje, analizado a la luz de los estereotipos negativos que se tienen de la vejez. En este estudio se pudo evidenciar que las personas mayores institucionalizadas tienen percepciones negativas acerca del aprendizaje en la vejez y niveles de estereotipos mucho más altos comparados con los no institucionalizados. También la mayoría de la población estudiada desea participar en espacios educativos y los temas de su preferencia son los espirituales con un 95%, le siguen las educativas y culturales con un 75%, luego las recreativas y productivas con un 70%. En cuanto a la dimensión del CENVE que revela más alto nivel de creencias estereotipadas fue  la motivacional. Se lograron determinar necesidades reales y sentidas de aprendizaje en este grupo de personas mayores. Se vislumbra la necesidad de romper estereotipos negativos hacia la vejez para poder trabajar por una cultura de envejecimiento activo.

Palabras claves: Estereotipos, percepción social, aprendizaje en la vejez, envejecimiento activo.

SUMMARY

This investigation determined the social stereotypes and perceptions about learning in old age, a larger group of twenty people, ten institutionalized social protection centers and ten of them. The study was descriptive, transactional design and mixed approach. The instruments used for data collection were semi-structured interview supported by three expert judges, who measured the qualitative approach in three aspects as they were: characterization of the population, social self-perception and social perception heterogeneous group seniors learning about old age and negative stereotyping questionnaire to the aging (CENVE), validated by de Mena, Sánchez and Trianes (2005) and validated for Colombia by Aristizabal, 2009). turned his attention to theoretical developments studies of aging and the perception of an aspect is as important as learning, analyzed in light of the negative stereotypes we have of old age. In this study it became clear that institutionalized older people have negative perceptions about learning in old age stereotypes and levels much higher compared to non-institutionalized. Also most of the study population wishes to participate in educational activities and topics of choice are the spiritual with 95%, followed by the educational and cultural with 75%, then the recreational and productive with 70%. As for the size of CENVE revealing the highest level of stereotyped beliefs was the motivation. They were able to determine real and felt needs of learning in this group of older people. He sees the need to break negative stereotypes of old age to work for a culture of active aging.

Keywords: Stereotypes, social perception, learning in later life, active aging.





INTRODUCCIÓN

El envejecimiento humano es uno de los mayores logros que se convierte en retos de las sociedades actuales para lograr un índice importante de desarrollo humano en todos los países; hoy se considera como uno de los temas fundamentales a investigar, comprender y atender, para poder dar respuestas eficaces, eficientes, reales y pertinentes a dicho fenómeno, ya que el tema compete a todos y ha venido generando cambios significativos, a la vez que plantea interrogantes a todo nivel incluyendo el relevante tema de la educación para todas las edades y la desmitificación de mitos y estereotipos negativos hacia la vejez que varios autores coinciden existen dentro de las diferentes sociedades del mundo actual.
El hecho de que las personas tengan más posibilidades de vivir más, tendrá implicaciones en todas las esferas de la vida humana, y para atender los desafíos de la sociedad colombiana, país que también presenta un envejecimiento demográfico acelerado y un incremento cada vez mayor de personas de 60 y más años, es importante determinar las necesidades de aprendizajes existentes en este tipo de población. Por tal razón, la importancia de este estudio yace en el plan de Acción Internacional sobre el envejecimiento que fue aprobado desde la primera Asamblea Mundial sobre el Envejecimiento realizado en Viena por la Organización de Naciones Unidas [ONU] (1982) y que fue registrada en la Resolución 37/51, con su lema “Hacia una sociedad para todas las edades”, donde se recomendaron medidas en sectores tales como el empleo, la seguridad económica, la salud, la vivienda, la educación y el bienestar social. Además determinó que las personas mayores son un grupo de población muy diverso y activo con capacidades heterogéneas y necesidades especiales en algunos casos, por lo tanto a esta población no se le hace bien cuando se les homogeniza sus características intelectuales, su capacidad para aprender, su estado de salud física y mental entre otras.
Por otra parte, el concepto de una sociedad para todas las edades, formulado en el marco del año Internacional de las Personas mayores en 1999, presentó los siguientes temas que deben gestionar los gobiernos del mundo: el desarrollo individual durante todo el ciclo vital, el fortalecimiento de las relaciones intra e intergeneracionales, la relación recíproca entre el envejecimiento de la población y el desarrollo humano como procesos que van paralelos y la situación en general de las personas mayores.
Otro gran evento establecido por la [ONU] fue, la segunda Asamblea Mundial sobre el envejecimiento que se realizó en Madrid 2002, donde los países, entre ellos Colombia, adoptaron y se comprometieron a trabajar por dos documentos claves: una la Declaración política de envejecimiento y vejez y su respectivo Plan de Acción Internacional, donde se gestionarán medidas para enfrentar los desafíos y/o retos que nos trae día a día el envejecimiento, teniendo como prioridad temas como: las personas de edad y el desarrollo, el fomento de la salud y el bienestar en la vejez y la creación de un entorno propicio y favorable.
Como ya se había mencionado, en Colombia el aumento progresivo de la población mayor representa un trabajo arduo y constante para desarrollar planes, programas y proyectos que cumplan lo estipulado por las políticas públicas y los recursos en lo concerniente a la educación, la calidad de vida, el cumplimiento de los derechos, la inclusión social de las personas mayores, entre otros.
Cabe aclarar que la Ley Nacional del Plan de Desarrollo 2006-2010 (Ley 1151 de julio de 2007), determinó que el Ministerio de la Protección Social, sería el responsable del desarrollo y definición de la Política Nacional de Envejecimiento y Vejez, proceso que se ha venido gestando desde el año 2003, con la participación de diferentes entes privados y públicos, así como entidades territoriales del orden municipal, distrital y departamental. Todo lo anterior dio lugar a la Política Nacional de envejecimiento y vejez (2007-2019) donde destaca en la línea denominada “evaluación y Monitoreo del cumplimiento de los Derechos Humanos, que el Estado debe estar interesado en que a la población no se le vulneren sus derechos y busca la asesoría, para la capacitación y la educación continua, el desarrollo humano de capacidades individuales y colectivas para toda la población, en especial para la vejez y que corresponde al Ministerio de Educación, en el ejercicio propio de sus funciones, asesorar la implantación y gestión de dicha política en lo referente a los programas de educación formal y no formal y educación continua durante toda la vida, orientados a mejorar las condiciones de vida de las personas mayores en el territorio nacional y a la creación de una cultura del envejecimiento activo en el país. Política Pública de envejecimiento y vejez (2007-2019, p. 35). Sin embargo lo que se vislumbra es que dicho Ministerio no tiene personal profesional experto en el tema de envejecimiento y la vejez y mientras que el actual Ministerio de protección y salud resalta la importancia de la profesión de gerontología, el ministerio de Educación cierra programas en diferentes instituciones educativas que han querido dar la formación técnica, tecnológica y profesional a población en Gerontología a este país que tanto la necesita.
La educación en Gerontología debería dictarse a partir de edades muy tempranas y no esperar a que las personas tomen malas decisiones en cuanto a su salud integral y en la mediana edad o la vejez esperar que aparezcan las enfermedades crónicas que afectan a la población y a los gobiernos en términos sociales, económicos entre otros. Lo anterior mejoraría el tema de desmentir tantos estereotipos que se tienen hacia el envejecimiento y la vejez o la errada convicción de argumentar de que a los niños no les deben de hablar del proceso de envejecimiento desconociendo que ellos y todos estamos inmersos en él y no podemos escapar de ello. Se habla de una educación continua pero no se abren espacios académicos adecuados y pertinentes para personas mayores, se habla de educación continua y temas como la promoción de la salud integral y no solo biológica, Gerontología, prevención de la enfermedad se beta en algunos colegios y universidades porque no le ven la verdadera relevancia que tiene y el impacto social positivo que pueden generar.
Es importante destacar a los autores Arango y Ruiz (2008) quienes encontraron que Colombia en un siglo pasó de 4´355.470 habitantes, a 42´090.502, de los cuales más del 6% (2´617.240) son personas mayores de 65 años, del cual el 54.6% son mujeres (3´190.262). (Arango & Ruiz, 2008). Independientemente si las mujeres vive más que los hombres, el interes de este estudio es determinar qué percepción social tienen los mayores acerca de sus procesos de aprendizaje y desmarañar el tema en cuanto a si los estereotipos que se tienen de la vejez pueden influir en esas misma percepciones. Se reitera, el actual estudio centró su atención en los avances teóricos de la vejez y la percepción de un aspecto tan relevante como es el aprendizaje, comparado con los estereotipos que socialmente se evidencian.
La investigación que se presenta fue de tipo descriptivo, de diseño transeccional y enfoque mixto. La muestra fue intencional, veinte personas mayores, diez de ellos institucionalizadas en hogares gerontológicos y diez no institucionalizadas. Los instrumentos que se emplearon para la recolección de información fueron: Entrevista semi-estructurada avalada por tres jueces expertos, que midió de manera cualitativa la auto y hetero percepción social que tienen este grupo de personas mayores acerca del aprendizaje, se realizó una caracterización socio demográfica y se aplicó el Cuestionario de estereotipos negativos hacia la Vejez (CENVE) de Mena, Sánchez y Trianes (2005). Los resultados que se esperan no se podrán generalizar, pero si dará líneas de acción relacionados con la educación contínua para este tipo de población.
Esta investigación determinó si las percepciones sociales acerca del aprendizaje en la vejez están siendo influenciadas por los estereotipos negativos que ellos mismos tienen de la vejez por sus propias percepciones acerca del aprendizaje, sus diferencias según el sexo, la edad entre otros, identificando algunas necesidades reales y sentidas de los mayores y a partir de los resultados se plantearon estrategias a través de una ficha técnica, para que esta población continúen participando en programas educativos de acuerdo a sus intereses, necesidades y capacidades, aportando de esta manera el fortalecimiento de una cultura de envejecimiento activo.

Teorías del Envejecimiento y la Vejez

Existen varias teorías clásicas del envejecimiento biológico postuladas por Minot, Citado por Fuente (1907), Pearl, (1928), Harman, (1956), Williams, (1957), Gerschman, (1962), Hayflick, (1965) y Weissman, (1981), todas buscan establecer las relaciones causa-efecto en los cambios degenerativos que tienen lugar el envejecer en los diferentes niveles de organización biológica. Por el contrario, Calatayud (2002), citado por Salgado A, Llera F y Ruiperez plantean una teoría integradora donde el envejecimiento biológico no está directamente relacionada con los genes y abre la posibilidad como aplicación práctica de su teoría al retraso del envejecimiento de algunos sistemas del organismo a través de una dieta suplementaria con antioxidantes tiónicos. En este mismo sentido, Fernández -Ballesteros (2009) manifestó que los biólogos aseveran que el envejecimiento depende sólo en un 25% de las circunstancias genéticas y que el 75% restante corresponde a factores externos como son las condiciones socios ambientales así como al propio comportamiento. Por otra parte y desde una mirada más social Cumming y Henry (1961) autores de la teoría de la desvinculación, alegan que el envejecimiento se caracteriza por una mutua separación, la persona mayor disminuye sus actividades y compromisos y la sociedad obliga al retiro y estimula la segregación por edad sin tener en cuenta que el fortalecimiento de la interacción social, proporciona a los mayores grandes beneficios multidimensionales.
Es curioso resaltas que después de la Segunda Guerra Mundial ha prevalecido una mirada muy negativa de la vejez y el envejecimiento vista como sinónimos de problema, quebranto, declive, deterioro y dependencia, es decir, un cúmulo de situaciones problemáticas que exigen una solución pronta y efectiva. La solución emerge, en un principio de lo que muchos autores plantean como (Powell, 2006; Bengston, Burggess y Parrott, 1997; Powell y Hendricks, 2009; Biggs, Lowentein y Hendricks, 2003; Estes y Biney, 1989; Jakson y Powell, 2006), han llamado la medicalización del envejecimiento, o “Gerontología Biomédica” que es resultado del desarrollo de la geriatría más que de la gerontología.
Contrariamente la teoría de la actividad de Neugarten, Havighurst y Tobin (1968), Citado en: Fernández-Ballesteros, sostiene que una persona debe permanecer tan activa como sea posible para envejecer con éxito. En contrastación con el enfoque biologicista, surge el enfoque del ciclo vital que plantea que los cambios ocurridos durante el envejecimiento están influenciados por múltiples variables, y que son el resultado de la interacción entre el organismo que envejece, el medio ambiente (contexto socio-cultural) y el comportamiento (estilos y hábitos de vida). De igual manera la Teoría de la continuidad de Atchley (1989), dice que para envejecer con éxito las personas debe mantener un equilibrio entre continuidad y cambio en las condiciones internas y externas de sus vidas.
Solamente en la década de 1990 empieza a desarrollarse la visión positiva sobre el envejecimiento y la vejez, especialmente a partir de los trabajos de Baltes y Baltes (1990) y Baltes y Carstersen (1996) con su teoría del envejecimiento exitoso, se empieza a configurar una visión donde estos conceptos son más valorados. El desarrollo teórico de estos autores, abrió el camino para pasar de un concepto de envejecimiento normal (opuesto al envejecimiento patológico) a hablar de “proceso” de envejecimiento en el cual estamos sumergidos todos los seres humanos. (Curcio, 2010, p. 154).
Desde las teorías socio-demográficas se resalta el informe de la Organización de Naciones Unidas [ONU], en donde se afirma que el envejecimiento de la población no tiene precedentes, es un proceso sin parangón en la historia de la humanidad. El envejecimiento de la población afecta a casi todos los países del mundo, mientras continúe el descenso de la mortalidad y permanezca el bajo índice de fertilidad ONU (2009).
En el año 2006 a nivel mundial una de cada nueve personas tenía 60 ó más años, y se proyecta que esta proporción será una de cada cinco para el 2050, y de una de cada tres personas para el 2150. La transición de una estructura joven a una de personas mayores ocurrirá de manera más rápida y en un corto tiempo en los países en vías de desarrollo. En el 2050, se proyecta que los mayores de 60 años, alcancen un 32% y los mayores de 80 años un 29% en las regiones desarrolladas, mientras que en las que se encuentran en vías de desarrollo serán un 20% de mayores de 60 años y un 18% de mayores de 80 años (ONU, 2006). De acuerdo con estos datos el envejecimiento de la población se dará de manera más acelerada en las regiones en vías de desarrollo, teniendo que afrontar además del reto del desarrollo, la educación, la salud, la transformación demográfica con todas las consecuencias o implicaciones inherentes.
En Colombia se muestra que el aumento continuo de la población, especialmente del grupo de laos envejecidos, constituye retos y desafíos para la construcción de políticas sociales y un buen manejo de los recursos en lo concerniente al desarrollo humano, la educación, la calidad de vida, la salud física y mental, el cumplimiento de los derechos humanos y la inclusión social de todos los seres humanos.
Es así que el Congreso del República de Colombia aprobó la Ley 1171 de 2007, que tiene como objeto conceder a las personas mayores de 62 años beneficios para garantizar sus derechos a la educación, propiciando un mejoramiento en sus condiciones generales de vida. En el artículo cuarto, las personas mayores de 62 años, tendrán derecho a un descuento del cincuenta por ciento (50%) en el costo de la matrícula en instituciones oficiales de educación superior y en el artículo quince expresa que en ningún caso la edad podrá ser tenida en cuenta como criterio para definir el acceso a las instituciones de educación superior del país. Sin embargo este derecho sigue siendo vulnerado, ya que no existen suficientes espacios académicos especializados para brindar una adecuado proceso de enseñanza aprendizaje y tampoco existen suficientes recursos humano cualificado en el tema, es más el Ministerio de Educación cada vez cierra la oportunidad para que personas que les interesa el tema puedan obtener títulos de técnicos, tecnólogos, profesionales y hasta posgrados, tal vez porque las personas que están a cargo, tampoco se encuentra sensibilizadas y /o adiestradas del tema relevante del envejecimiento y la vejez.
Para esta investigación se desea resaltar a los autores Rosenthal y Jacobson (1968) quienes han estudiado la teoría del efecto Pigmalión desde la perspectiva de la teoría de la profecía autorrealizada. Esta teoría la entendemos como uno de los factores que influyen en la motivación de los estudiantes que en este caso serían las personas mayores en el aula de clase. Para este caso lo que ocurre, es que la sociedad formulan expectativas acerca de que en la vejez no es posible aprender, y es muy posible que los viejos consideren que esto sea verdad y se cumpla la profecía, convirtiéndose en una problemática social, ya que en su mayoría dichos estereotipos son y se mantienen como negativos, ya que no propendería a generar una cultura de envejecimiento activo, sino por lo contrario generan a corto, mediano y largo plazo exclusiones sociales que irían en contra de todo lo planteado a nivel internacional y nacional con relación a los lineamientos y políticas dirigidas al envejecimiento y a la vejez.

Envejecimiento, Envejecimiento Activo y Vejez

Se inicia afirmando que el envejecimiento es universal: “Toda materia, cualquiera sea su naturaleza, envejece, lo que varía es el tiempo, la forma y el ritmo evolutivo, que son propios para cada ser vivo”. El envejecimiento individual está determinado por las condiciones sociales, económicas, ambientales, nutricionales y culturales en las que viven los seres humanos. Es progresivo, comienza con el nacimiento y termina con la muerte, evolucionando progresivamente a medida que avanza la vida. En el hombre, cronológica y clínicamente, el envejecimiento empieza desde el nacimiento. Ministerio de Protección Social.  Política Nacional de envejecimiento y vejez (2007-2019)
El envejecimiento activo es el proceso de optimización de las oportunidades de salud, participación y seguridad con el fin de mejorar la calidad de vida a medida que las personas envejecen. Organización Mundial de la Salud [OMS] (2002, p, 6). Por otra parte, el término de envejecimiento activo fue adoptado por la OMS a finales del siglo XX, con la intención de transmitir un mensaje más completo que el de envejecimiento saludable y reconocer los factores y ámbitos, además de la mera atención sanitaria que afectan a como envejecen individuos y poblaciones. (OMS citado por Perea, 2004, p, 229).
El concepto de vejez abarca un sin número de enfoques, y esto lo afirma Fernández Ballesteros (2000) cuando habla de la variedad y la indefinición de la mayoría de los distintos conceptos sobre la vejez. La situación de indefinición se da, porque no es posible definir los aspectos biológicos, sociales o psicológicos en relación con la vejez; por ejemplo, en la tradición romana la vejez era considerada como una desgracia, pero de manera contraria, Cicerón en su De senectute planteaba que las personas que llegaban a la vejez se podrían considerar como seres prudentes, moderados, dignos y activos dentro de una sociedad.
En Grecia antigua, Platón en La República adopta una posición de respeto por las vivencias de las personas de edad avanzada, elogiando a la vejez como una etapa de la vida en la que las personas alcanzan la máxima prudencia, sagacidad y juicio. Hace resaltar, sobre todo, los agentes individuales del envejecimiento, considera que las vivencias del final de la vida están muy determinadas por la forma en la que se vive durante la juventud y en la adultez, y explica cómo habría que prepararse para la vejez desde la niñez. Así pues, Platón es un antecedente de la visión positiva de la vejez.
Otras referencias acerca del tema en la historia, la menciona en uno de los más grandes políticos, filósofo y orador de la antigua roma, Marco Tulio Cicerón; en su obra Cato Maior de senectute presenta una imagen positiva de la vejez; en donde incluye multitud de datos acerca de las modificaciones que experimenta la capacidad de rendimiento mental en las personas mayores.
En oposición, Aristóteles se refiere hacia la vejez con una imagen negativista ya que interpreta la compasión como una debilidad. La “senectud”, que es la cuarta y última etapa en la vida del hombre, según él, equivale a deterioro y a la ruina. Es una etapa de debilidades, digna de compasión social e inútil socialmente además asocia la vejez con la enfermedad., la pérdida, y el deterioro. También se le conocen aportes acerca de la vejez al poeta Romano Horacio; quien se refería a ella en su Ars poetica, mostrando una imagen fatalista de la vejez; considera que no es ni una etapa dorada de la vida ni el momento culminante de felicidad personal. Considera que la muerte es inevitable y ante ella no deben adoptarse actitudes de resignación. Hay que gozar de la existencia según las posibilidades de la edad.
A lo largo de la Edad Media son transmitidos y acentuados ciertos estereotipos asumidos de las tradiciones culturales que antecedieron el desarrollo humano. Destaca, por una parte, San Agustín que dignifica la visión cristiana de la persona mayor ya que de ella se espera un equilibrio emocional y la liberación de las ataduras de los deleites mundanos.
En la época del Renacimiento, se rechaza lo senil y lo viejo, se evade el tema de la muerte, se da una imagen melancólica de la persona mayor e incluso se le imputan artimañas y brujería. Otras investigaciones asumen la vejez según la categoría de edad, siendo algunas de éstas las que afirman que a partir de los 65 años comenzaría la vejez (Zepellin et al, 1986). Por otra parte, la OMS asevera que la vejez llega a los 60 años de edad, y se caracteriza por un declive gradual del funcionamiento de todos los sistemas corporales. La vejez como etapa vital es la concepción más moderna basada en el reconocimiento de que esta fase de la vida, al igual que otros periodos vitales tiene entidad evolutiva, propia, y que justo algunas limitaciones ofrecen potencializades positivas diferentes por la experiencia y recorrido histórico de las personas que la viven (Petrus, 1997, p, 297).
Finalmente el Ministerio de protección social en la Política Nacional de envejecimiento y vejez afirma que: Se consideran personas mayores (viejos) a mujeres y hombres que tienen 60 años o más, o mayores de 50 años si son poblaciones de riesgo, por ejemplo indigentes o indígenas (Política Pública de Envejecimiento y vejez 2007-2019, p. 9).

Instituciones de Larga Estancia para Personas Mayores

Los primeros hogares de ancianos o residencias geriátricas aparecen en Europa en el Siglo XVI destinados a albergar locos, vagabundos, desviados de la ley y viejos. A través del tiempo ha sido un recurso que la sociedad instrumentó para dar respuesta a diversos problemas planteados por la población envejeciente.
Por otra parte, se evidencian diferentes características en instituciones que pernoctan personas mayores de con modalidad de larga estancia, hogares, asilos, ancianatos entre otros que satisfacen solo las necesidades fisiológicas, de seguridad física y alimentos enfocando el cuidado a una sola dimensión la biológica .Existen otras que le suman el servicio de rehabilitación y de terapias psicológicas, ocupacionales un tanto más organizadas y existen otros con un enfoque de “promoción de la salud”, se inscribe en la concepción del desarrollo integral de la persona, independientemente de su edad, procura el aprovechamiento de sus potencialidades, y la realización personal. Zolotow (2010, p. 90)
Los centros de protección para personas mayores son domicilios que atienden necesidades integrales eco-bio-psicosociales y espirituales a personas mayores, que por diversas situaciones como enfermedad, soledad o pérdida de autonomía, precisan de asegurar dichos cuidados fuera de sus hogares. En el artículo tercero de la ley 1251 de 2008 por la cual se dictan normas tendientes a procurar la protección, promoción de los mayores, definen los Centros de protección como el ofrecimiento de servicios de hospedaje, de bienestar social y cuidado permanente o temporal a adultos mayores (Congreso de la República, Ley 1251 de 2008).
En la ley 1315 de 2009  del Congreso de la República de Colombia, define como centros de Protección Social para el Adulto Mayor como Instituciones de Protección destinadas al ofrecimiento de servicios de hospedaje, de bienestar social y cuidado integral de manera permanente o temporal a adultos mayores.

El Aprendizaje a lo Largo de la Vida y la Importancia de la Aplicación de la Gerogogía para las Personas Mayores

En relación con el aprendizaje, a continuación se revisarán algunos conceptos relacionados con las teorías del aprendizaje, iniciando con los planteamientos de Jacques Delors (1998) en torno a los cuatro aprendizajes fundamentales que para cada persona en su ciclo vital serán los pilares del conocimiento: Aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a vivir juntos y aprender a ser. Cada una de estas manifestaciones se hayan estrechamente relacionadas entre sí, ya que hay entre ellas múltiples puntos de dependencia.
A manera de síntesis, aprender a conocer para el citado autor, se fundamenta en adquirir las herramientas de la comprensión lográndose considerar a la vez medio y finalidad de la vida humana. En cuanto medio, consiste para cada persona en aprender a percibir el mundo que le rodea, desarrollando sus capacidades profesionales y comunicativas. En cuanto al fin, su propósito es el placer de comprender, conocer, descubrir y entender; a realidad social en la cual está inmerso. Aprender para conocer supone en primer término aprender a aprender, ejercitando la atención, la memoria y el pensamiento, es decir que se trata de un aprendizaje de la atención el cual puede adoptar formas disímiles y sacar provecho de las múltiples acciones de la vida. Es lo que otros autores denominan aprender a pensar haciendo.
El siguiente aprendizaje que plantea este autor es aprender a hacer, donde considera que para poder intervenir sobre el propio entorno está más estrechamente relacionada la cuestión de la formación profesional, es decir, al desarrollo de habilidades, destrezas y competencias tanto personales como profesionales. Aquí se trata del cómo enseñar al estudiante, a la persona mayor en el contexto de la presente investigación, a poner en práctica sus conocimientos.
Como tercer pilar del conocimiento se tiene el aprender a vivir juntos, que se adquiere desarrollando la comprensión del otro y la percepción de las formas de interdependencia, preparándose para intervenir en las necesidades sociales respetando los valores comunes y comprensión mutua. Finalmente, se enseña a aprender a ser, entendido como el proceso fundamental que involucra elementos de los tres anteriores. La educación debe contribuir al desarrollo humano de cada persona en cuerpo, mente, inteligencia, sensibilidad, sentido estético, responsabilidad individual y espiritualidad. En este orden de ideas, todos los seres humanos deben estar en la capacidad de dotarse de un pensamiento autónomo y crítico elaborando un juicio propio, para determinar por sí mismo qué deben hacer en las diferentes circunstancias de la vida.
Además, y para efectos del presente estudio, se tendrá en cuenta el tema de proceso de aprendizaje según Pere Marqués del Departamento de Pedagogía Aplicada de la Universidad de Barcelona (1999), éste proceso tiene que ver con las actividades que realizan los sujetos para conseguir el logro de los objetivos educativos que pretenden. El proceso de aprendizaje establece una actividad individual, aunque se desarrolla en un contexto social y cultural, que se origina a través de un proceso de interiorización en donde cada sujeto concilia los nuevos conocimientos a sus estructuras cognitivas previas, llegando a concluir que la construcción del conocimiento tiene dos inclinaciones: una personal y otra social.
En general, para que se puedan realizar procesos de aprendizaje son necesarios tres factores básicos: el primero es poder aprender, que implica la inteligencia, las capacidades cognitivas y los conocimientos previos imprescindibles para construir sobre ellos los nuevos aprendizajes. El segundo factor el saber aprender los nuevos aprendizajes que se construyen a partir de la experiencia, los hábitos y las técnicas de estudio como son la observación, la lectura, la escritura dentro de los instrumentales básicos, el vocabulario, las estructuras sintácticas dentro de la comprensión, el subrayar, esquematizar realizar resúmenes o mapas conceptuales dentro de las elaborativas y las habilidades metacognitivas que implican analizar, reflexionar entre otras. El último factor es el querer aprender que implica la motivación que depende de la personalidad, la fuerza de voluntad, la familia, el contexto, la sociedad, los métodos de enseñanza que aplican los profesores (Alonso 2000, p. 53).
Otra teoría del aprendizaje que es de suma importancia dentro de la vejez, es el aprendizaje experiencial que se basa en el conocimiento que se crea a través de la alternativa provocada por la experiencia ya que esta es concreta y se introduce a una conceptualización indefinida, la cual es otorgada activamente a través de nuevas experiencias. Lewin (1951), Dewey (1938) Citado por: Pacheco, P; Thullen M; Seijo, J y Piaget (1978), citado por: Méndez Z.
Del mismo modo dentro de las teorías psicosociales de la vejez, que se definen como las que intentan explicar los cambios en la conducta, la función y las relaciones que ocurren cuando el ser humano envejece (Potter 2002). Se encuentran las teorías de la optimización selectiva los individuos pueden ponerse metas, evaluar sus propias habilidades, y resolver cómo van a llevar adelante aquello que quieren alcanzar, a pesar de las limitaciones y el deterioro de la vejez (Ebner , Baltes, y Paul,  2006), citado por: Stassen, B, es así que el aprendizaje en las personas mayores pueden ser posible y significativo en este momento vital.
Otra teoría es la denominada de la continuidad que afirma lo siguiente: A medida que vamos envejeciendo, nos vamos haciendo cada vez más aquello que ya éramos, es decir, la persona de edad es, en definitiva, lo que fue haciéndose desde que nació (Rosow, 1963; Atchley, 1987, 1991; Minois, 1987). Citado en: (Ocampo J; Londoño I; 2003) Esto puede afirmar que la vejez es el resultado de un proceso natural, donde si se toman decisiones positivas se puede llegar a una vejez satisfactoria. Ahora bien, la teoría de la identidad asevera que a lo largo de la vida cada nueva experiencia cada ganancia o pérdida, requiere de una revaluación de la identidad (Kroeger, 2007; Van der Veulen, 2001; Zucker y Col, 2002). Citado en: Stassen, B; (2007) es así que el aprendizaje a lo largo de la vida puede ayudar a construir una identidad en la vejez positiva o negativa según la experiencia de vida.
La hipótesis que en este estudio se tiene es la que nos muestra la teoría del etiquetado, que define que cuando un individuo es percibido como viejo, sus conductas son interpretadas a través del estereotipo social de cómo se comporta una persona vieja, al mismo tiempo el propio sujeto termina por asumir esa imagen social y se comportará en función de ella (Bermejo, 2005). Desafortunadamente el viejo al ser etiquetado de manera negativa a nivel social, puede creer que su derecho a educarse y desarrollarse finalizó por el simple hecho de llegar a ser mayor.
Para Fernández- Ballesteros las teorías psicológicas en la vejez “son el resultado de un equilibrio entre estabilidad y cambio, y también, entre crecimiento y declive” (2000, p. 40). Es así que la vejez constituye la aceptación del ciclo vital único y exclusivo de uno mismo y de las personas que han llegado a ser importantes en este proceso. Supone una nueva aceptación del hecho que uno es responsable de la propia vida.
En cuanto al aspecto social, Antonio Petrus en su libro Pedagogía Social cita a Lehr (1980), quien determinó que una persona es vieja como en cualquier otro rol social, cuando los miembros de la sociedad lo creen así. Debido a que la aparición de los rasgos físicos incorporados a la vejez ayuda a homogeneizar la percepción que los otros tienen de la vejez, entonces las personas en cualquier sociedad, se saben viejos en primer lugar a través de los otros, fenómeno que ocurre con mucha frecuencia y que autores como Bazo (1990) opina, que puede estar causando estereotipos y mitos negativos de la vejez. Para Bazo el principal problema de la vejez:

Resulta mal vista y es objeto de aversión por parte de las personas en general, y de las ancianas en particular, que han interiorizado en su proceso de socialización una serie de imágenes negativas sobre la ancianidad que contribuyen a distorsionar la verdadera visión de la misma (1990, p. 201).

El término de vejez que se tomó para esta investigación es el aportado por Diehl, Hans y Ludington (2003) quienes definen a la vejez, como un proceso continuo de crecimiento intelectual, emocional y psicológico. Es así que Ruiz, Scipioni y Lentini (2008) resaltan que la experiencia educativa en la vejez demanda una atención permanente porque aún en esta etapa de la vida hay una posibilidad de aprendizaje.
Por otra parte, es muy relevante en la visión de los procesos de enseñanza- aprendizaje de las personas mayores, tener en cuenta la Gerogogía que viene del Griego geron (anciano) gogein (educar) propuesto por el First National Congress on Educational Gerontology en 1976, para designar la educación especifica de los mayores. Hartford (1976) citado por José Alberto Yuni, Yuni, José & Urbano, Claudio, Arce, M. la define como el arte y la ciencia de enseñar a los mayores y la educación de y por las personas mayores. Al igual la definen otros autores, como Legendre (1993), Moreno, Lara (1988) donde tiene que ver con el aprendizaje para toda la vida o para el ciclo vital (Belando y Sarlett, 1995).
Por otra parte, en el aprendizaje a lo largo del ciclo vital se encuentra la clave para el desarrollo humano y sostenible de todos los países, por esta razón se están desarrollando planes, programa y proyectos para considerarla elemento determinante para la sociedad en el marco del saber y de la cultura, que constituye una procedencia básica para igualar las oportunidades para todas la edades y favorecer la inclusión y cohesión social; elemento fundamental para edificar comunidad, y forjar calidad de vida y una cultura de envejecimiento activo.
La Educación Permanente o el aprendizaje a lo largo de la vida se le ha llamado: educación vitalicia, educación continua, educación recurrente, educación no formal e informal, desarrollo comunitario, educación popular, animación sociocultural, educación postescolar, educación para el ocio y el tiempo libre, aprendizaje permanente, educación a lo largo de la vida, ciudad educadora... Estos diversos nombres inciden en diferentes esferas de la Educación Permanente en algunos casos; en otros se consideran como sinónimos. Pérez (2010 p.17)
La publicación del Informe de la Comisión Internacional de Educación sobre la Educación para el siglo XXI, presidida por J. Delors (1996 p, 113), La Educación encierra un tesoro, ofrece el capítulo quinto a la educación a lo largo de la vida. El informe sugiere la transformación del concepto de educación e invita a que la educación ocupe un lugar cada vez mayor en la vida de los seres humanos.
Este concepto y su aplicación es el núcleo mismo del mandato del Informe Mundial sobre el aprendizaje y la educación de adultos de la Organización de las Naciones Unidas para la educación, la Ciencia y la Cultura UNESCO. Desde su creación, la Organización ha desempeñado un papel pionero en la afirmación del papel esencial de la educación de adultos en el desarrollo de la sociedad y en la promoción de un enfoque integral del aprendizaje a lo largo de toda la vida. (Organización de las Naciones Unidas para la educación (2010), la Ciencia y la Cultura. [UNESCO], p.8-9.)
El derecho universal a la educación que tiene cada niño, joven y adulto es el principio fundamental que subyace en todas nuestras iniciativas. El aprendizaje de adultos cuenta más que nunca en la era de la globalización, caracterizada por el cambio rápido, la integración y los avances tecnológicos.
La educación de adultos desempeña un papel importante en la lucha contra la pobreza, la mejora de la salud y la nutrición, así como en la promoción de prácticas sostenibles del medio ambiente. De ahí que el logro de todos los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) apele a la realización de programas de educación de adultos pertinentes y de buena calidad. Si bien el Informe mundial demuestra el valor de la educación de adultos para ayudar a mujeres y hombres a conducir mejores vidas, también destaca que un gran número de adultos aun está excluido de las oportunidades de aprendizaje

Definiciones de Percepción

Se presentan a continuación los diferentes significados de la percepción, iniciando por la autora Vargas (1994) quien afirma que en el proceso de la percepción se ponen en juego referentes ideológicos y de la cultura que reproducen y explican la realidad y que se aplican a distintas experiencias para ordenarlas y transformarlas. Es así que las percepciones pueden cambiar según la cultura y las experiencias propias. Por otra parte, “la percepción social es el proceso a través de los cuales pretendemos conocer y comprender a otras personas” Citado por Barón, 1998, p.40).
Diversos autores han definido la percepción como el proceso cognitivo de la conciencia que consiste en el reconocimiento, interpretación y significación para la elaboración de juicios entorno a las sensaciones obtenidas del ambiente físico y social, en las que intervienen otros procesos psíquicos entre los que se encuentran el aprendizaje, la memoria y la simbolización Allport (1974) citado por Vargas Melgarejo (1994); Cohen (1973) citado por González Hidalgo (2001); Coren y Ward (1979) citado por Kantowitz, y Elmes (2001) entre otros.
Dentro de la percepción social, muchas personas tienden a percibir sus acciones negativas (auto-percepción) como razonables y excusables, pero acciones idénticas de parte de otros (hetero percepción) como irracionales e inexcusables (Baron, 1994). Para efectos de este estudio se tendrá en cuenta la definición de percepción social de los autores León y Gómez (1998), quienes afirman que la percepción social son juicios elementales que, sobre las características de las otras personas, las personas procesan en un primer contacto, y que son de gran importancia debido a su función como guía para interacciones posteriores.
Aristizabal-Vallejo (2010) cita a Moya (1999), quien afirma que la percepción social se asemeja a la de objetos y personas por tres razones: la primera porque son percepciones estructuradas y la configuración de categorías, (que son una de las formas de organización), las diversas y múltiples categorías influyen en la clasificación de la información y la predicción de la conducta cuando de personas se trata; la segunda, cundo se tiene que buscar con mayor afán los elementos invariantes de los estímulos que se percibe. Y la tercera donde las personas son percibidas como agentes causales porque poseen intención de control sobre el medio que les rodea. En esta percepción de personas también suele darse en interacciones que son dinámicas y las expectativas de las personas influyen en la conducta hacia ella y a su vez influye en las respuestas de las personas percibidas.
La percepción de los demás inicia con indicios visibles incluidas la apariencia física, la comunicación no verbal y la conducta expuesta, y a partir de la percepción, se forman las impresiones que se pueden convertir en relevantes cuando sobresalen del contexto y atraen la atención. Sin embargo esos indicios no tienen sentido en sí mismos pero se interpretan a la luz del conocimiento existente o de las representaciones cognitivas de las personas, conductas, rasgos y situaciones sociales (Smith y Mackie, 1997).
La percepción social que de la vejez cada persona tiene, no es estática, sino que va cambiándose en función de la edad, es decir, cambia según la etapa del ciclo vital en la que se encuentra. Un error cometido con frecuencia, como afirma Garanda (1995), es cuando se habla de la vejez utilizando términos y refiriendo hechos que son propios de otras edades. Ejemplo de esto son las afirmaciones populares que dicen “loro viejo no aprende a hablar”.
Finalmente el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad de Madrid, España, afirma que las personas mayores son percibidas por la sociedad como un colectivo heterogéneo en el que cada uno de sus miembros posee identidad propia configurada a partir de los rasgos de la personalidad y de las experiencias vitales de cada una. Queda prácticamente desterrada la imagen que describe a los mayores como personas pasivas, ancladas en el pasado, con una visión negativa de la realidad (Institución de mayores y servicios sociales [INMERSO], 2006).

Estereotipos en la Vejez

Todos los seres humanos están en proceso de envejecimiento y tarde que temprano, si no se sale al paso de los estereotipos que culturalmente se forman en todo momento, estos estereotipos afectarán a todas las personas, en tanto que todas ellas irremediablemente avanzan hacia la vejez.
Para Santo Tomás de Aquino afianza el estereotipo aristotélico de la vejez como período decadente, física y moralmente, en el que las personas mayores están marcadas por comportamientos acorde a intereses únicamente personales. Un estereotipo social existe cuando varios miembros de un grupo, acentúan las diferencias que existen entre los miembros de su grupo y los miembros de otro grupo. Citado por Rodríguez (1989, p, 16)
En cuanto a estereotipos los autores de esta investigación se basan en lo que afirma la autora Fernández -Ballesteros:
un cliché o un modelo fijo, compartido colectivamente, que se utiliza para conceptualizar a un determinado sujeto de conocimiento abstracto como la vejez o la juventud, la inmigración o el poder y nos sirven a modo de teorías implícitas respecto de ese sujeto de conocimiento. Estos clichés en -términos generales negativos- son aprendidos a través del proceso de socialización del individuo el cual transcurre en un ambiente social determinado. Estas imágenes o clichés una vez aprendida, tiene un poder causal en el sentido de que son la causa de la conducta tanto individual como social referida a ese objeto de conocimiento e, incluso, pueden convertirse en profecía que tienden a su auto-cumplimiento. (2002, p. 9)

Los estereotipos son una forma de simplificar la realidad para poder identificar a una persona a partir de unas pocas características del grupo al que pertenece (Bermejo, 2005 p, 229). Son creencias acerca de las características de la gente mayor, que son mantenidas en general por todos los miembros de una cultura en concreto. Normalmente son estereotipos negativos y a menudo incorrectos, que se aplican a todos los mayores de 65 años y que refuerzan las prácticas discriminatorias hacia los mismos (Bermejo, 2005, p. 230).
Según Graciela Ferreira, un estereotipo es una creencia errónea expresada de forma absoluta y poco flexible (citado por Blanco, 2004, p. 57). Para Lippman los estereotipos son representaciones o caracterizaciones rígidas y falsas de la realidad producidas por un pensamiento ilógico (citado por Galán, 2007, p. 72). Los estereotipos característicos sobre la vejez suponen un negativo imaginario que se interpone a la vinculación de las personas mayores a la vida social activa y pueden afectar de manera negativa también su calidad de vida, cosa que va en contra vía de generar una cultura de envejecimiento activo, donde prime la salud integral, la participación social y la seguridad de tener una calidad de vida a lo largo del ciclo vital.
Estereotipos negativos es un conjunto de rasgos asociados a un grupo o categoría social. Miller (1982), Echevarría A, González (1996) citado por Franco (2010).
Otras definiciones encontradas son las que plantea la autora Cora Edith Gamarnik de la Universidad de Buenos Aires quien afirma que un estereotipo es una representación repetida frecuentemente que convierte algo complejo en algo simple y que tiene otras características que ayudan a complejizar este concepto: es un proceso reduccionista que suele distorsionar lo que representa, porque depende de un proceso de selección, categorización y generalización, donde por definición se debe hacer énfasis en algunos atributos en deterioro de otros. Simplifica y recorta lo real. Tiene un carácter automático, trivial, reductor. Los estereotipos son conceptos de un grupo, lo que un grupo piensa de otro o de otros. Lleva necesariamente implícito en su existencia un consenso (Gamarnik, 2009, p. 1).
Finalmente se debería plantear la necesidad de aprendizaje en la vejez, para brindar oportunidad a los mayores de ser más participativos, empoderados, productivos, y a través del mismo ejercicio se podría cuestionar mitos y estereotipos que se perpetúan dentro de la sociedad de manera negativa.
La importancia de identificar el estereotipo no se limita a la función cognitiva, se extiende a la función defensiva al emplearse para mantener y defender la posición en la sociedad. Esta función defensiva no es únicamente aplicable a los individuos, sino que sirve a su vez para que ciertos grupos mantengan su posición dominante sobre otros (Cano, 1993).
El presente estudio  emplea un enfoque mixto, es decir, emplea instrumentos de recolección de información de orden cualitativo y de orden cuantitativo. Es además un estudio descriptivo porque pretende hacer una descripción de cómo se presenta el fenómeno de los estereotipos en la vejez, tanto desde la perspectiva de la autopercepción, como desde la heteropercepción; pero además, también es de diseño transeccional en tanto que para el análisis del fenómeno objeto de la investigación, recoge datos en un momento determinado.

La muestra seleccionada para la presente investigación, se hizo de manera intencional y a conveniencia de los investigadores. Ella está conformada de la siguiente manera: veinte personas que se encuentran en un rango edad entre los sesenta (60) a los noventa (90) años, de las cuales diez (10) institucionalizados en hogares de larga estancia, y los otros diez (10), son personas no institucionalizados, es decir, no viven en hogares de larga estancia sino que conviven con familiares. Todos son funcionales cognoscitivos y pertenecen a los estratos socio-económicos dos (2), tres (3), cuatro (4) y cinco (5).Todos ellos firmaron el consentimiento informado para autorizar su participación en este estudio (Ver Anexo  E).
En la presente investigación, son los siguientes:
La Entrevista Semi-Estructurada. Se elaboró una entrevista semi-estructurada diseñada por los investigadores y validada por expertos, que consta de 31 preguntas, y que determinó los estereotipos que los adultos mayores tienen sobre su proceso de aprendizaje en la vez, así como las percepciones que tienen las personas que las rodean.
El CENVE – Estereotipos Negativos Hacia la Vejez de Mena, Sánchez y Trianes (2005) que está compuesto por 15 ítems y tres factores referidos a las dimensiones de la Salud que recoge afirmaciones acerca del deterioro general de esta y discapacidades; la Motivación - Social que aborda creencias en las carencias afectivas y la falta de intereses vitales; y el Carácter – Personalidad que recoge lo concerniente a la rigidez mental y los problemas de habilidad emocional.
Para la calificación de cada uno de los ítems, el instrumento cuenta con cuatro opciones de respuesta con una escala Likert: a) muy en desacuerdo; b) desacuerdo; c) acuerdo; y d) muy de acuerdo.
Adicional a lo anterior, el instrumento cuenta con una consistencia interna significativa que viene dada por el Alfa de Cronbach con valores de 0.67, 0.64 y 0.66 para los factores de salud, motivacional – social y carácter – personalidad, respectivamente (Mena, Sánchez y Trianes, 2005). La puntuación para cada dimensión se encuentra entre un rango de 5 y 20 puntos, la máxima puntuación del cuestionario es de 60 puntos. Para la interpretación de los resultados del total del cuestionario será de: a) de 15 a 28 muy bajo; b) de 29-39 bajo; c) de 40-50 alto; d) de 51-60 muy alto nivel de estereotipo negativo hacia las personas mayores (Aristizábal, et al. 2009).
Marco de Referencia: Para la realización de la presente investigación, se construyó un marco de referencia que permitió la comprensión de los principales elementos teóricos y conceptuales que  facilitó las categorías de análisis que posteriormente se emplearon en el análisis de los datos.
Construcción de la Matriz Inicial de Categorías de Análisis: Con base al marco teórico de referencia se elaboró la matriz inicial de categorías. Dicha matriz recoge los elementos teóricos con los cuales se analizarán los datos recogidos. Diseño  y selección de los Instrumentos: Para la recolección de la información, se emplearon, tanto instrumentos estandarizados y validados, tales como el Cuestionario de estereotipos negativos hacia la vejez [ CENVE ](Mena, Sánchez y Trianes, 2005) Y validado para Colombia por Aristizábal, et al. 2009), así como una entrevista semi-estructurada que fue  validad por  tres jueces expertos.
Recolección de Información: En esta etapa se visitaron a los participantes en su lugar de residencia, se les explicó el propósito de la investigación para lo cual firmaron consentimiento informado (Ver anexo E) y se aplicaron instrumentos y se caracterizó la población participante.
Análisis de la Información: En esta etapa se realizó la comparación entre las categorías construidas y los datos recogidos en aplicación de los instrumentos  y la caracterización de la población para determinar los hallazgos. El análisis  cualitativo de las percepciones  del aprendizaje en la vejez, se realizó a partir de las categorías iniciales deducidas del marco teórico a través de una matriz  elaborada en MS Excel.
La caracterización de la población y el cuestionario de estereotipos negativos hacia la vejez (CENVE) fueron analizados también con el programa MS Excel.
Discusión y Conclusiones: Teniendo en cuenta los análisis realizados se elaboró la discusión y las conclusiones a las cuales se llegó con la investigación realizada a través de la triangulación de los siguientes aspectos: heteropercepción Autopercepción del aprendizaje en la vejez, y CENVE; Marco Teórico, Percepción social del aprendizaje en la vejez, y CEVE; Categorías del CENVE salud, motivación social y carácter personalidad; Marco teórico, CENVE y aprendizaje a largo de la vida, percepción  social del aprendizaje en la vejez en participantes institucionalizados y no institucionalizados con CENVE. Finalmente  se diseñó una ficha técnica (ver anexo A) que contiene: nombre de un curso diseñado para los participantes de la investigación, justificación, objetivo, metodología, técnica grupal, contenido temático y algunas referencias de la misma ficha.

Aspectos Éticos
La presente investigación pertenece a la categoría de riesgo mínimo para los participantes de la misma, según lo conceptuado en el Ministerio de la Salud Resolución 8430 de 1993. Adicional a esto, como ya se afirmó anteriormente, todos los participantes firmaron un consentimiento informado autorizando su participación libre y voluntaria en la presente investigación.



En cuanto a la caracterización de la muestra poblacional se contó con la participación de veinte (20) personas que se encontraban en rango de edades entre los 60 y 90 años. Diez (10) institucionalizados en hogares de larga estancia, Diez (10) No institucionalizados. Quince mujeres y cinco 5 hombres. En cuanto al estado civil ocho personas mayores que equivalen al 40% son solteras, cinco (25%) casadas, cuatro (20%) separadas y tres personas (15%) son viudas, trece personas mayores (65%) tiene hijos y siete (35%) no tienen hijos. Doce personas (60%) tienen nietos y ocho (40%) no tienen. El 95% que e1quivale a diez y nueve personas tiene otros tipos de familiares mientras que el 5% una persona mayor se encuentra sola.
Por otra parte, once personas (55%) son procedentes de Cundinamarca, cinco (20%) de Boyacá, una persona (5%) de Bolívar, una (5%) de Risaralda, una (5%) Tolima y una (5%) de Lima- Perú. También se determinó que siete (35%) personas son de procedencia urbana y trece (65%) rural.
En cuanto al estrato socioeconómico registrado en las personas participantes, 4 se ubican en el estrato 2, 10 personas en el estrato 3; cuatro personas en el estrato 4 y dos personas en el estrato 5.
En cuanto a la escolarización 2 (10%) tiene primaria completa, 4 (20%) primaria incompleta, 3 (15%) secundaria completa, 3 (15%) secundaria incompleta, 3 (15) técnico completo, 1(5%) educación superior incompleta, ninguno presenta estudios universitarios (20%).

En cuanto a  las Auto-Percepciones Bio psico-sociales el 50% de las personas se percibe con una dificultad leve para ver, el 40% no refieren dificultades para oír, el 30% refiere dificultad moderada para caminar y el 95% manifiesta no tener dificultad para expresarse verbalmente.

Cinco personas que equivalen al (25%) se perciben con salud física excelente, seis personas (30%) buena, siete (35%) regular y dos personas se perciben con salud física mala. En cuanto a salud mental once personas (55%) se perciben con excelente, siete (35%) buena, y dos (10%) regular. Ninguna persona mayor se percibe con salud mental mala.
Por otra parte la auto-percepción social arrojó los siguientes resultados:
Con respecto a la pregunta ¿Qué aporte recibe de sus familiares? diez y ocho personas (90%) manifestaron recibir afecto, mientras que trece (65%) refirieron no recibir cuidado por parte de sus familiares, once personas mayores (55% perciben que no tiene apoyo económico de sus familiares y catorce persona mayores (70%) perciben que sus familiares les ofrecen acompañamiento.
Por otra parte se les solicito que calificaran el nivel de satisfacción que tiene con las personas con quienes se relaciona, encontrando lo siguiente: En cuanto al nivel de satisfacción con la pareja cuatro (20%) se sienten satisfechas y una persona (5%) se siente insatisfecha, con los hijos doce personas (60%) se sienten satisfechas, con los nietos once (55%) se siente satisfechas y una persona (5%) se siente insatisfecho. El nivel de satisfacción en la relaciones sociales con otros familiares arrojó que diez y siete personas mayores (85%) se encuentran satisfechas, dos (10%) indiferente y una (5%) insatisfechas. Con respecto a los amigos trece personas mayores (65%) se sentían satisfechas y tres personas (15%) indiferente y una (5%) insatisfecha. En cuanto a los lazos sociales con vecinos doce (60%) personas mayores perciben estar satisfechas. seis (30%) indiferentes y dos personas (10%) insatisfechas.
En cuanto a las actividades que les gustaría realizar en el tiempo libre las personas mayores respondieron lo siguiente:
Las actividades más relevantes son las espirituales con un 95%, le siguen las educativas y culturales con un 75%, luego las recreativas y productivas con un 70%. Las actividades que arrojaron resultados más bajo fueron las deportivas.

Resultados del Cuestionario de Estereotipos Negativos hacia la Vejez (CENVE)

El test contiene tres dimensiones: salud en las pregunta 1,4,7,10 y 13; motivacional-social en la preguntas 2,5,8,11 y 14 y carácter-personalidad en las preguntas 3, 6,9,12 y 15 compuesto por cinco ítems cada uno y cuyo formato de respuesta sigue un modelo tipo likert de cuatro niveles. El orden de los ítems se ha establecido alternando un ítem de cada factor. Las puntuaciones en los factores pueden fluctuar entre 5 y 20. Puntuaciones altas indican un elevado grado de creencia en los estereotipos negativos de la vejez, mientras que puntuaciones bajas, indican poco nivel de creencia en tales estereotipos negativos.
Cuatro personas mayores no presentan estereotipos negativos hacia la vejez. Sin embargo la mayoría de los entrevistados tiene un alto nivel de creencias de estereotipos negativos hacia el momento vital de la vejez.
Solamente ocho de veinte personas mayores registraron un bajo nivel inferior a 10 puntos que quiere decir tener menos estereotipos negativos en la vejez y 12 de ellas, presentan alto nivel de creencias en estos estereotipos.
Con respecto a la dimensión motivacional-social se encontró que cuatro personas presentan bajos niveles de creencias en estos estereotipos, tres de ellas en nivel intermedio y 13 personas mayores con altos niveles de creencia en estos estereotipos.
En esta dimensión se evidencio que seis personas mayores presentan un nivel bajo de creencias en los estereotipos y catorce personas mayores mostraron un alto nivel de creencias en los estereotipos negativos para este ámbito.
Para resumir lo anterior, se presenta la siguiente figura que muestra las respuestas de cada uno de los veinte participantes en las tres dimensiones:
Figura # 1. Resumen de Respuestas - CENVE
Al categorizar las respuestas obtenidas entre personas mayores institucionalizadas y no institucionalizadas arrojaron los siguientes resultados: Las personas mayores no institucionalizadas muestran una distribución de las respuestas hacia un nivel bajo de creencia de los estereotipos negativos hacia la vejez en sus tres dimensiones: motivacional social, salud y personalidad, comparado con las personas mayores institucionalizadas quienes muestran un nivel alto de creencias hacia los mismos.
En la tabla 1 se muestra una desviación típica muy alta, lo cual evidencia una gran dispersión de los datos lo que demuestra que dichos datos no se pueden generalizar.
ANALISIS ESTADISTICO CENVE TOTAL

SALUD
MOTIVACIÓN
PERSONALIDAD
TOTAL
MEDIA
10,95
12,25
13
36,2
DESV. TIPICA
3,65
3,79
4,25
10,58
MÁXIMO
17
18
19
53
MÍNIMO
5
6
5
16
MEDIA INFERIOR
7,3
8,46
8,75
25,62
MEDIA SUPERIOR
14,6
16,04
17,25
46,78
Tabla # 1. Análisis Estadístico CENVE

En el CENVE en la dimensión salud se encontró un promedio de 13,3 puntos en institucionalizados y 8,6 en no institucionalizados. En la dimensión de motivación los puntajes fueron para institucionalizados de 14,7 puntos y no institucionalizados de 9,8 y finalmente en la dimensión de carácter y personalidad el promedio fue para institucionalizados de 15,5 puntos y 10,5 para no institucionalizados. Lo anterior una prevalencia de creencias en estereotipos negativos hacia la vejez en personas mayores institucionalizadas mayor que en las no institucionalizadas.

Resultados Cualitativos

Para la identificación de la percepción social en un grupo de personas mayores sobre el aprendizaje en la vejez se determinó auto percepción de diez personas mayores institucionalizadas y diez no institucionalizadas, igualmente en la hetero percepción según las siguientes preguntas:
Al indagar cuál es la auto -percepción que tienen del aprendizaje en la vejez, se identificó que de diez personas mayores institucionalizadas, cinco manifiestan tener una percepción positiva acerca del aprendizaje en la vejez y textualmente exponen frases como: “Me percibo inteligente ya que cualquier cosa que me expliquen yo la captó rápido”, tengo mi mentalidad todavía en buen estado, y tengo voluntad para eso, y ese es mi hobby estar ocupado en algo”, “tengo mucha aptitud para aprender porque pongo mucha atención a lo que me explican”. Tres de ellas señalan una percepción muy negativa acerca de sus procesos de aprendizaje manifestando por ejemplo “a mí no me interesa mucho ya aprender” y dos no definen ninguna postura.
De los no institucionalizados nueve personas mayores perciben positivamente su proceso de aprendizaje manifestando por ejemplo frases como “tengo una buena percepción de mi aprendizaje porque cada día uno aprende algo nuevo”, “cada día uno aprende más de la vida y las personas”, simplemente “sé que aprendo”. Uno de ellos tenía una percepción negativa afirmando que “yo ya no tengo nada que aprender”.
Por otra parte se clasificaron temas que querían aprender lográndose identificar los siguientes: la mayoría de los institucionalizados manifiesta querer aprender temas relacionados con manualidades, arte y habilidades orales y escritas. Los no institucionalizados se inclinan por el aprendizaje de manualidades y arte, tres de ellas quiere aprender informática y siete quiere aprender temas relacionados a alguna profesión como agronomía, historia y teología.
A la pregunta de si creen que en este momento de sus vidas pueden aprender? siete de las personas institucionalizadas creen que si pueden hacerlo y nueve de las no institucionalizadas responden igual.
En cuanto a la pregunta si tienen tiempo para aprender, el total de institucionalizados dicen tenerlo y nueve de los no institucionalizados responden de la misma manera.
Las personas institucionalizadas dicen tener como facilitadores de su aprendizaje a la sociedad y como limitadores su propio núcleo familiar, mientras que las personas mayores no institucionalizadas muestran una dicotomía, ya que ubican a la sociedad y a la familia como facilitadores y limitadores de sus procesos de aprendizaje de manera equitativa.
En cuanto al estereotipo negativo hacia la vejez reflejado en el dicho popular “loro viejo no aprende a hablar”, seis personas mayores institucionalizadas dicen que es verdad y nueve personas mayores no institucionalizadas declaran que es mentira.
También se les preguntó si conocía instituciones que presten servicios educativos para personas mayores, en donde la mayoría de los institucionalizados y no institucionalizados respondieron que no conocían dichos servicios.
La mayoría de personas mayores tanto institucionalizadas como no institucionalizadas desean ingresar a una institución educativa para personas mayores. A continuación presentamos algunas de sus respuestas: “De lógica, pero lo que pasa es que yo tengo mi primaria, no creo que me den esa oportunidad, pero si me la dan claro de lógica”, “Si es lo que estoy pidiendo, que existan sitios donde las personas mayores puedan ir sin que se burlen, sin que sea el hazme reír porque uno está viejo, y sobre todo donde haya personas especializadas, que sepan del cuidado de la persona mayor”. Es importante destacar que la mayoría de personas mayores no establecen un tiempo definido de permanencia dentro de estas instituciones al momento de cursar algún programa educativo, ellos manifiestan frases como “ me gustaría aprender hasta que Dios quiera”, “ hasta que acabe todo el curso”. La jornada educativa que ellos prefieren para aprender es en horas de la mañana ya que ellos creen que están mas dispuestos, descansados y activos para el proceso de aprendizaje.
Las respuestas en la hetero-percepción se consignaron como sigue: las personas institucionalizadas y no institucionalizadas perciben que otras persona mayores si pueden aprender.
Por otra parte tanto las personas mayores institucionalizadas como las no institucionalizadas perciben, que la sociedad no permite a otros mayores tener procesos de aprendizaje, ya que no hay oportunidades ni espacios para ellos. En su mayoría manifiestan también que se le da la suficiente importancia a la educación en los niños y jóvenes pero para los mayores esta no existe.
Además se les preguntó acerca de las facilidades que ellos perciben que tienen otras personas mayores para su aprendizaje, a lo que las personas mayores institucionalizadas respondieron que la motivación, el interés por aprender, la fortaleza y capacidad mental, la experiencia, la disponibilidad de tiempo y las oportunidades externas como programas del gobierno son facilitadores, sin embargo tres de ellas revelaron que las personas mayores no tienen ninguna facilidad para aprender. De modo similar, las personas mayores no institucionalizadas dicen que los facilitadores son la motivación y el interés que posean las personas mayores que quieran aprender. Analógicamente se les preguntó por las dificultades que las personas mayores pueden tener en sus procesos de aprendizaje, donde los institucionalizados respondieron que la falta de memoria, el deterioro físico y mental y la falta de motivación se constituyen en elementos importantes que obstaculizan el proceso de aprendizaje en la vejez. Nueve no institucionalizados consideran que no existen dificultades que afecten a las personas mayores en este proceso, ya que igual que los niños y jóvenes ellos perciben que los viejos pueden aprender.
Como resultados discrepantes se encontraron que las personas mayores institucionalizadas perciben que el dicho popular loro viejo no aprende a hablar influye en la decisión que puedan tomar los mayores al respecto, en cambio los no institucionalizados creen que este dicho no influye para que las personas mayores desarrollen procesos de aprendizaje.
Finalmente a la pregunta de si cree que lo que piensa la sociedad acerca del aprendizaje en las personas mayores puede influir en las decisiones de aprendizaje de la población mayor, nueve de las personas mayores institucionalizadas y seis de las no institucionalizadas exteriorizan que si influye la sociedad en el aprendizaje en el momento vital e la vejez, porque la sociedad no brinda los espacios, el apoyo suficiente y decide si los mayores pueden o no aprender. Ellos perciben que la sociedad brinda importancia a la educación para los jóvenes y niños, pero para los viejos no y que existen estereotipos que no permiten que el derecho a la educación sea permanente o para toda la vida.
DISCUSIÓN
El envejecimiento humano constituye un reto para las sociedades actuales a fin de mantener unos índices de desarrollo humano constantes en el mundo; A través de la descripción de los resultados de esta investigación se lograron determinar algunos aspectos referentes a la percepción social que tienen las personas mayores acerca del aprendizaje en la vejez, para tratar de generar algunos cambios en ellos que planteen propuesta relevantes en torno a la educación para todas las edades y que ayuden de alguna manera a la desmitificación de mitos y estereotipos negativos hacia la vejez que varios autores como: Butler (1969-1980), Vega- Martínez (1996), Fernández( 2002), Salvarezza (1991), Ruiz, Spioni y Lentini (2008), Carvajo-Vélez, Palmore (1990), Doman (1991), Burken, citado por Gonzales (2005), Muñoz (2001), Fernández-Ballesteros (2000), Jiménez-Frías (2002), Gutiérrez y López (2006), Sánchez (1990), Moragas (1991), Aristizábal-Vallejo (2008-2010), Viguera (2010), Vásquez (2008),Gómez (2003), Blascovish (Citado por Mena-Sánchez (2005) y Cathalifaud (2007) coinciden existen dentro de las diferentes sociedades del mundo actual.
Los participantes fueron veinte (20) personas que se encontraron entre un rango edad de 60 a 90 años. Diez de ellas institucionalizados en hogares de larga estancia y las otras diez No institucionalizadas. Quince mujeres y cinco 5 hombres. En cuanto a la escolarización 2 (10%) tiene primaria completa, cuatro (20%) primaria incompleta, tres (15%) secundaria completa, tres (15%) secundaria incompleta, tres (15%) técnico completo, uno (5%) educación superior incompleta, ninguno presenta estudios universitarios (20%), esto nos refleja que la educación aun siendo un derecho que debe ser garantizado en todo el ciclo vital, como lo afirman Márquez, Citado por: Restrepo, A; Barrera, J (1996), no es aplicado para este grupo de personas ya que la mayoría de ellas no presenta un alto nivel educativo.
En esta investigación las personas mayores se perciben a sí mismas (auto percepción) y ven a sus pares (hetero-percepción) con capacidades y posibilidades para aprender, esto es corroborado por (Peñaloza y Rojas, 2005) quienes explican que si bien en la vejez se modificaría la rapidez en la capacidad de reorientación y combinación de información por parte del individuo, esto no guarda relación con una disminución de la inteligencia durante esta etapa, en pocas palabras los viejos pueden aprender.
El estudio arrojó que las personas mayores institucionalizadas y no institucionalizadas perciben que la sociedad no les permite espacios de aprendizaje, sin embargo dichas personas mayores están dispuesta a ingresar a una institución educativa y aprender temas como: manualidades y arte,           informática, habilidades orales y escritas, actividades     culturales y temas profesionales entre ellos la agronomía, la historia, la teología y la gastronomía. Es importante describir lo que la Organización Mundial de la salud propone cuando manifiesta que habilitar la plena participación de las personas mayores proporcionando políticas y programas de educación y formación que apoyen el aprendizaje a lo largo de la vida para las mujeres y los hombres a medida que envejecen puede proporcionar oportunidades para desarrollar nuevas técnicas, particularmente en áreas tales como las tecnologías de la información y las nuevas técnicas agrícolas. (OMS 2002. p, 101).
Estas personas mayores ven en ellos mismos y en otros facilitadores para el aprendizaje como: la motivación y el interés ya que se dedicarían de tiempo completo y en las mañanas a estas actividades, la fortaleza y la capacidad mental, la experiencia a lo largo de la vida. Estas facilidades las aprovechan por medio de algunas oportunidades externas como son los programas educativos que brinda el gobierno en alcaldías y Cajas de compensación familiar.
Otro facilitador del aprendizaje que se determino en personas mayores institucionalizadas fue la sociedad en general, ya que ellos dice que se benefician de programas que ofrecen los sitios donde ellos viven en busca de mejorarles su calidad de vida, sin embargo en el CENVE ellos mismos revelan en la dimensión motivacional social un alto grado de creencias en estereotipos negativos hacia la vejez.
Los aspectos que ellos reconocen como limitadores de sus procesos de aprendizaje son la misma familia en personas institucionalizadas, mientras que en los no institucionalizados la familia la presentan como limitador y facilitador simultáneamente y la sociedad más bien es la encargada de facilitarles dicho proceso. Cabe resaltar que en este estudio en la hetero-percepción, las personas mayores institucionalizadas y no institucionalizas evidencian que se le da más importancia a la educación en niños y jóvenes que en los mayores, y se contrasta con lo que concluyo el investigador Gómez (2008) en su estudio titulado: el aprendizaje en la tercera edad, una aproximación en la clase de ELE, con aprendientes mayores japoneses en el Instituto de Cervantes de Tokio quien afirma que las personas mayores son el eje fundamental de la sociedad a través de su experiencia y valores, además de ser el elemento clave de conseguir el diálogo intergeneracional que permite una sociedad más justa e igualitaria y que el aprendizaje es una herramienta fundamental que desarrolla conocimientos y actitudes actuales al mismo tiempo que favorece el entendimiento entre las diferentes generaciones. Por este motivo es relevante tener en cuenta que las posibilidades para aprender deben ser equitativas para todos los momento vitales y no dejar que solo los jóvenes y niños sean los que ejerzan con mayor facilidad su derecho a la educación.
Siguiendo con los limitadores que perciben los mayores en sus procesos de aprendizaje, los institucionalizados perciben que tiene dificultades físicas y mentales, entre ellas la falta de memoria y por otra parte la falta de motivación e interés que se requieren. En disparidad con lo que manifiestan los no institucionalizados ya que ellos aseveran que no encuentran ninguna dificultad para que ellos y otras personas mayores puedan aprender. Esto se corrobora también con los hallazgos en el CENVE donde se demostró que las personas mayores institucionalizadas presentan más estereotipos negativos hacia la vejez que los no institucionalizados.
Las personas mayores institucionalizadas asumen el dicho loro viejo no aprende hablar como verdadero contrario a lo que expresan las personas mayores no institucionalizadas quienes opinan que eso es completamente falso. Todas las personas mayores afirman que lo que piensa la sociedad acerca del aprendizaje en la vejez influye en la toma de decisiones por parte de los mismos mayores: Lo anterior confirma la teoría del efecto Pigmalión desde la perspectiva de la teoría de la profecía auto realizada. Esta teoría la entendemos como uno de los factores que influyen en la motivación de las personas mayores en el aula de clase ya que la sociedad formulan expectativas acerca de que en la vejez no es posible aprender, y es muy posible que los viejos consideren que esto sea verdad y se cumpla la profecía, convirtiéndose en una problemática social. También se confirma que existen estereotipos negativos hacia la vejez con otros autores que definen los estereotipos como cliché o un modelo fijo, compartido por una determinada colectividad, que se utiliza para conceptualizar a un determinado sujeto sea viejo o joven (Fernández Ballesteros, 2000, p. 9), pero estos clichés pueden no ser muy objetivos o ser generalizados y es ahí donde se pierde el sentido de la realidad de los mismos dentro de una sociedad. Jiménez-Frías también asevera que los estereotipos son “catalogados como impresiones que la gente se forma sobre determinados grupos al asociar características y emociones particulares… una creencia generalizada, exagerada, simplificadora, acerca de costumbres y atributos de algún grupos social” (2002, p. 34).
Por su parte Gutiérrez y López consideran que “los prejuicios normalmente se forman por creencias o pensamientos estereotipados” (2006, p. 5), de tal forma que el prejuicio es una actitud muy común en la sociedad actual y consiste en la evaluación positiva o negativa de un grupo social y de sus miembros, además se trata de un proceso que conduce a la discriminación en numerosas ocasiones y con frecuencia los estereotipos, están tan integrados en la práctica cultural que impiden ver sus efectos e implicaciones sobre las opiniones que se tienen sobre otros grupos sociales (Gutiérrez y López, 2006). Finalmente se concluye con relación a este tema de estereotipos que en este estudio, tanto institucionalizadas como no institucionalizadas, presentan altos niveles de estereotipos negativos en la vejez siendo más evidentes en las personas mayores institucionalizadas.
Por otra parte se resalta que determinar las necesidades de aprendizaje en el momento vital de la vejez involucra cuestionar y desmitificar los estereotipos negativos que se presenta en la sociedad acerca de la vejez ya que estos pueden influir en las decisiones que los mayores tomen con relación a este tema y el motivarse a seguir aprendiendo temas nuevos. El tema no es que los mayores no puedan aprender sino que se deben tener en cuenta espacios físico y profesionales especializados en el tema de envejecimiento y vejez que cubran las necesidades gerogógicas, que respondan al cómo aprenden los mayores y que generen estrategias que les permitan aprender.
Los autores de este estudio se adhieren a los postulados de Graciela Petriz y Aristulle quienes afirman que al considerar que “la Educación Permanente es una modalidad no formal, participativa y sistemática es un recurso válido, pues a la par que introduce en lo nuevo y habilita para su apropiación, proporciona la satisfacción de acceder a lo elegido, por lo tanto (…) fuente de satisfacción, facilitador y promotor de nuevas metas” Petriz (2003) y que se debe tener en cuenta que la vida entera es un aprendizaje constante y que la educación permanente debe abarcar todas las etapas y dimensiones de la vida, así como también todas las ramas del saber y todos los conocimientos prácticos que pueden adquirirse por diversos medios, y contribuir ampliamente al desarrollo de la personalidad total. Aristule (2003).
Para los investigadores de este estudio fue importante el reconocer que para este grupo de personas mayores es muy importante que se les faciliten procesos de aprendizaje, en espacios adecuados y con profesores especializados en Gerogogía el arte de enseñarle a los mayores, teniendo en cuenta las características intelectuales a lo largo de la vida, el envejecimiento normal y patológico de los participantes. Reconocer la importancia de la educación de adultos mayores puede alcanzar el desarrollo humano individual y comunitario, cultural y económico sostenible, pero no se puede negar que supone un compromiso social y político ya que se necesitan recursos humanos y económicos para poder desarrollar programas, planes y proyectos donde se evidencie una educación para toda la vida. Esto implica ofrecer contextos y procesos de aprendizaje atractivos, eficaces, eficientes y pertinentes para las personas mayores brindándoles un reconocimiento como sujetos de derechos que pueden ser activos en el trabajo, la familia, la comunidad, como personas autónomas que pueden construir y reconstruir sus vidas.
Varios autores aseguran que se deben compensar la educación en la adultez y la vejez mediante políticas orientadas hacia la equidad advirtiendo que si no se realiza, los sistemas formales de educación tienden a reforzar las desigualdades sociales (Bourdieu y Passeron, 1970; Shavit y Blossfeld, 1993).
El aprendizaje a lo largo de toda la vida sigue siendo más una visión que una realidad UNESCO (2010, P.15), pero a través de diferentes investigaciones como la actual, se puede determinar que las personas mayores quieren seguir aprendiendo y que es una necesidad prioritaria romper con mitos y estereotipos de la vejez que pueden perjudicar en las decisiones que tomen los mayores dentro del ejercicio de sus derecho de educación.
Se puede afirmar que para este grupo de personas mayores la hipótesis en cuanto a que si un individuo es percibido como viejo, sus conductas son interpretadas a través del estereotipo social de cómo se comporta una persona vieja, al mismo tiempo, el propio sujeto termina por asumir esa imagen social y se comportará en función de ella, se cumplió en los mayores institucionalizados, ya que en ellos se determinó que si la sociedad percibe y estereotipa al viejo como sujeto que no puede aprender, ellos lo creen y se predisponen negándose la posibilidad de ejercer su derecho que tiene al aprendizaje a lo largo de la vida y a trabajar por una cultura de envejecimiento activo.
Finalmente se destaca que la Organización Mundial de la salud documentó el marco Político de envejecimiento activo, quienes afirman que el apoyo social, las oportunidades para la educación y el aprendizaje continuo durante toda la vida…, son factores fundamentales del entorno social que mejoran la salud, la participación y la seguridad por alcanzar calidad de vida a medida que las personas envejecen. La soledad, el aislamiento social, el analfabetismo y la falta de educación… aumentan los riesgos de discapacidad y muerte prematura en las personas mayores. La educación en los primeros años de la vida, junto con las oportunidades de aprendizaje durante toda la vida, puede ayudar a las personas a desarrollar las aptitudes y la confianza que necesitan para adaptarse y seguir siendo independientes a medida que envejecen. (OMS 2002, P, 87-88)

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